El inspector general de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), Paul Martin, confirmó que el primer aterrizaje tripulado de la misión Artemis (o Artemisa) podría retrasarse al menos hasta 2026.
«Dado el tiempo necesario para desarrollar y probar el sistema de aterrizaje humano y los trajes espaciales de próxima generación de la NASA, estimamos que la fecha para un aterrizaje lunar tripulado probablemente se retrase hasta 2026 como muy pronto”, expuso Martin ante una comisión de legisladores en una audiencia del Subcomité de Aeronáutica y Espacio de la Cámara de Representantes.
«Todavía hay mucho trabajo por hacer, como por ejemplo cómo construir los trajes espaciales adecuados para estos futuros astronautas -que no se completarán antes de 2025- o las pruebas necesarias no tripuladas con el nuevo cohete de la NASA que reemplace el eficiente Saturno V que llevó a Niel Armstrong y los otros 11 hombres que llegaron a poner un pie en el satélite natural», agregó.
Artemis I se vio afectada por una serie de retrasos, en su mayoría relacionados con el cohete gigante SLS. No se lanzará hasta finales de mayo (en principio) y podría trasladarse hasta junio, según la agencia espacial.
En 2021 había pospuesto a 2025 la vuelta tripulada a la Luna
«Continuamos evaluando la ventana de mayo, pero también reconocemos que hay mucho trabajo por delante», admitió en una sesión informativa Tom Whitmeyer, administrador asociado adjunto para el desarrollo de sistemas de exploración en la sede de la NASA en Washington.
Se invirtieron miles de millones de dólares en investigación y desarrollo en estos dos proyectos, así como más fondos para el módulo de aterrizaje lunar SpaceX Starship y la estación espacial de entrada lunar, todos diseñados para hacer que los viajes a la luna sean sostenibles.
El plan de la NASA es que Artemis lleve a cabo dos misiones para orbitar la Luna: la primera sin tripulación y la segunda con tripulación. Se espera que las primeras cuatro misiones de Artemis cuesten 4.100 millones de dólares cada una, según una auditoría de noviembre de 2021 realizada por la Oficina del Inspector General de la NASA.
Los retrasos y el presupuesto adicional se deben en parte a problemas técnicos y también a las protestas y una demanda de Blue Origin el año pasado (todas resueltas en noviembre) con respecto a la adjudicación de fuente única de la NASA del contrato HLS al sistema Starship de SpaceX.
La noticia de Martin se produjo pocos días después de que la NASA anunciara que Artemis I, un vuelo no tripulado alrededor de la luna, no se lanzaría antes de mayo, pero incluso ese cronograma está en duda debido a la cantidad de análisis de datos y otros trabajos a realizar en pruebas clave, la agencia indicó la semana pasada.
Durante el interrogatorio, Martin reconoció que el papel del inspector general es «ser más crítico con los plazos que la NASA», pero remarcó que la fecha límite de 2025 a la que apunta la agencia «no parece factible».
Martin explicó que hay desafíos que deben afrontarse. «Uno sería obtener la certificación del sistema de aterrizaje humano para operar trajes espaciales, junto con cambios en la estrategia de adquisición de la agencia que se espera tome más tiempo en la adquisición de tecnologías clave que no son maduros».
«Estos factores a menudo apuntan a tomar más tiempo y requieren un desarrollo para llegar allí. Entonces, 2025 no es imposible, pero parece improbable», reiteró.
El Gobierno coincidió en el pesimismo
La Oficina de Responsabilidad del Gobierno de Estados Unidos indicó un pesimismo similar con el objetivo de 2025 volver a la Luna.
El testimonio de William Russell, director de contratación y adquisiciones de seguridad nacional de la GAO, indicó que el problema es que la NASA está tratando de gestionar «múltiples riesgos simultáneamente» mientras logra un plazo ajustado.
Russell señaló factores «como el retraso de 7 meses inducido por trabas internas, un cambio clave en el desarrollo del traje espacial para dirigir el trabajo a un contratista en lugar de trabajo interno, y el aumento de costos para el cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS)».
«Descubrimos que la NASA aún no había finalizado los roles, las responsabilidades y la autoridad de Artemisa, y la NASA se encuentra actualmente en el proceso de reorganización de la Dirección de Misión de Exploración Humana. Es demasiado pronto para decir el resultado de este esfuerzo», agregó sobre la organización.
«Dada la escala y la complejidad de los programas, también será importante que la NASA continúe manteniendo la integración con nosotros en el futuro, para reconciliar los cambios en todo el programa», sentenció Russell.
La NASA, por su parte, señaló problemas imprevistos que contribuyeron al aumento de costos y retrasos en los cronogramas, particularmente relacionados con la pandemia de coronavirus, que creó contratiempos en la cadena de suministro y desafíos para el personal debido a los protocolos de seguridad.
«Cada parte del trabajo que he mencionado es posible gracias a la gente de la NASA y nuestros socios del sector privado. Nuestra gente ha cumplido a pesar del Covid-19, lo que incluye perder a algunos de nuestros compañeros de equipo debido al coronavirus», aseveró James Free, administrador asociado de la agencia de la dirección de la misión de desarrollo de sistemas de exploración.
«Han venido a trabajar mientras sus hogares estaban dañados y sin electricidad debido a las fuertes tormentas. Han venido con el espíritu de exploración que ha sido y siempre será tan tangible como el hardware, añadió sobre el trabajo realizado hasta ahora en Artemis I.
Free no habló directamente sobre los plazos para el aterrizaje de la tripulación de Artemis III, pero indicó que se proporcionará más información sobre los costos y los plazos a medida que la NASA formule su próximo presupuesto.
Sin embargo, enfatizó que su enfoque es mantener «un cronograma y un presupuesto realistas».
«El razonamiento era tratar con un mayor alcance de programas debido a la incorporación de Artemis. El trabajo se hizo para que su organización trabajara en el desarrollo y luego pasar las operaciones a la dirección de la misión de operaciones de la NASA una vez que la tecnología esté madura», apuntó.
Para la planificación a largo plazo, otro objetivo clave de la reorganización es permitir que la dirección de Free madure la tecnología para lo que, según él, es el objetivo final de Artemis: «poner a dos personas en la superficie de Marte durante 30 días y devolverlas a salvo a la Tierra».
Trabajar en la luna permitiría a la agencia aprender sobre el comportamiento de los astronautas en un entorno de gravedad parcial similar, aunque la NASA reconoció que el módulo de aterrizaje tendría que reconfigurarse para funcionar en una atmósfera marciana.
La NASA seleccionó a cuatro mujeres y seis hombres entre más de 18 mil candidatos que se presentaron desde marzo de 2020 para conformar la misión Artemis III. Y comenzó a capacitar a los profesionales seleccionados a partir de enero de 2022 cuando tendrán que trasladarse al Centro Espacial Johnson en Texas, Estados Unidos.